Coastal Blog

Honoring Mangroves on World Mangrove Day

Written by Héctor Varela-Vélez | Jul 25, 2025 5:37:22 PM

Today, on World Mangrove Day, we join communities across the globe in celebrating one of our planet’s most powerful ecosystems. From Southeast Asia to the Caribbean, mangroves play a vital role in the health and resilience of coastal communities. These unique forests, where land and sea meet, act as natural climate defenders. They buffer storm surges, reduce coastal erosion, store and sequester carbon at rates higher than rainforests, filter pollution, and provide essential habitat for wildlife and fisheries.

In a time of rising seas and intensifying storms, protecting and restoring mangroves is a climate action strategy. That is why Surfrider's Climate Action Program supports nature-based solutions like mangrove restoration to build resilience, protect biodiversity, mitigate climate change impacts, and empower communities to lead the way in adapting to a changing world.

One of our most powerful examples of this work is happening in Puerto Rico...

Roots That Resist – The Story of Mangroves from 1493 to Today

When Christopher Columbus arrived on the shores of Puerto Rico in 1493, mangroves were already ancient guardians of these islands. They stretched along bays and lagoons, weaving a vital ecosystem where fish, birds, crustaceans, and Indigenous communities coexisted, communities that understood their value and treated them with respect. During colonization, mangroves began to be cut down to make way for urban expansion, sugarcane plantations, and the construction of ports. In the centuries that followed, their destruction intensified with industrialization, coastal infill, and pollution, ignoring the fact that their roots held up more than mud— they upheld life itself.

Despite this, the Spanish Crown recognized their strategic and functional importance. Through the Royal Decree of 1818, regulations were established to prevent the indiscriminate cutting of trees, including mangroves, recognizing them as part of the public domain. These rules protected coastal forests, required permits for timber use, and prohibited activities that interfered with navigation, water flow, and the stability of riverbanks. These protections did not last. In the 20th century, coastal development rapidly accelerated mangrove loss. In many parts of Puerto Rico, mangroves were seen as wastelands or obstacles to development. Vast areas were filled in to build roads, shopping centers, and tourist projects.

Over time, science and lived experience have opened our eyes. Mangroves are essential to protecting our coasts from storms, capturing carbon, filtering water, and providing shelter for hundreds of species. After Hurricane María struck in 2017, it became evident that where mangroves stood, there was less destruction. Today, we are at a turning point. Though they still face threats such as climate change, sea level rise, and unchecked urbanization, mangroves have become a symbol of hope and resilience. One of the most serious challenges they currently face in Puerto Rico is the construction of illegal docks and makeshift coastal structures, many in previously protected or abandoned areas.

However, coastal communities, neighborhoods, and governments have begun to recognize the true value of mangroves. Cyclonic surges and extreme events caused by recent hurricanes have made clear the urgent need to conserve and restore these ecosystems. Across the archipelago, multiple initiatives have emerged to develop new reforestation techniques that combine science, education, and community action.

At Surfrider Foundation Puerto Rico, we are actively engaged in mangrove restoration, having planted over 30,000 mangroves since 2022, and we are guided by an inclusive, community-centered model. Children, youth, and adults participate directly in the process. We are committed to community-led restoration where education, knowledge, and a deep understanding of the role mangroves play in our daily lives are at the forefront. Our commitment is to biodiversity and ecosystem health. We recognize the fundamental role mangroves play in the marine life cycle, as natural barriers that retain sediment, reduce flooding, and create economic opportunities through artisanal fishing, ecotourism, and species conservation. 

In honor of World Mangrove Day, we are excited to announce the launch of a new restoration project in collaboration with the Hispanic Access Foundation. This project aims to work hand in hand with vulnerable coastal communities, promoting education, participatory action, and ecological restoration integrated with local realities. Through this project we will plant over 50,000 mangroves and engage thousands of community members to learn about climate resilience action.

Mangroves have not only withstood over 500 years of transformation. They have taught us that when we work with nature instead of against it, we too can take root, grow, and heal.

By Héctor Varela-Vélez

Puerto Rico Programs Manager, Surfrider Foundation

 

Honrando a los Manglares en el Día Mundial de los Manglares

Hoy, en el Día Mundial de los Manglares, nos unimos a comunidades de todo el mundo para celebrar uno de los ecosistemas más poderosos de nuestro planeta. Desde el sudeste asiático hasta el Caribe, los manglares desempeñan un papel vital en la salud y la resiliencia de las comunidades costeras. Estos bosques únicos, donde se encuentran la tierra, el mar y el cielo, actúan como defensores naturales del clima. Amortiguan las marejadas ciclónicas, reducen la erosión costera, almacenan y secuestran carbono a tasas más altas que los bosques tropicales, filtran la contaminación y brindan hábitat esencial para la vida silvestre y la pesca.

En una época de aumento del nivel del mar y tormentas cada vez más intensas, proteger y restaurar los manglares no solo es un imperativo ambiental, sino también una estrategia de acción climática. Por eso, el Programa de Acción Climática de Surfrider Foundation apoya soluciones basadas en la naturaleza como la restauración de manglares para fortalecer la resiliencia, proteger la biodiversidad y empoderar a las comunidades a liderar el camino hacia la adaptación en un mundo cambiante.

Uno de los ejemplos más poderosos de este trabajo está ocurriendo en Puerto Rico.

“Raíces que Resisten” – Historia de los manglares desde 1493 hasta hoy

Cuando Cristóbal Colón llegó a las costas de Puerto Rico en 1493, los manglares ya eran guardianes antiguos de estas islas. Se extendían a lo largo de las bahías y lagunas, tejiendo un ecosistema vital donde convivían peces, aves, crustáceos y comunidades indígenas que comprendían su valor y los respetaban. Durante la colonización, los manglares comenzaron a ser talados para dar paso a la expansión urbana, los cultivos de caña de azúcar y la creación de puertos. En los siglos que siguieron, su destrucción aumentó con la industrialización, los rellenos costeros y la contaminación, ignorando que sus raíces sostenían mucho más que barro: sostenían la vida.

A pesar de esto, el gobierno español reconoció su importancia estratégica y funcional. A través de la Real Cédula de 1818, se establecieron normas para evitar el corte indiscriminado de árboles, incluyendo los manglares, considerándolos parte del dominio público. Estas regulaciones protegían los bosques costeros, exigían licencias para el aprovechamiento de madera, y prohibían actividades que afectaran la navegación, el flujo de agua y la estabilidad de los terrenos ribereños.En el siglo XX, el desarrollo costero aceleró la pérdida de manglares. En muchas regiones de Puerto Rico, estas áreas fueron vistas como terrenos baldíos o como obstáculos para el desarrollo. Grandes extensiones fueron rellenadas para construir carreteras, centros comerciales y proyectos turísticos.

Con el tiempo, la ciencia y la experiencia nos han abierto los ojos: los manglares son esenciales para proteger nuestras costas de las tormentas, capturar carbono, filtrar el agua y dar refugio a cientos de especies. Tras el paso del huracán María en 2017, quedó claro que donde había manglar, había menos destrucción. Hoy, nos encontramos en un punto de inflexión. Aunque aún enfrentan amenazas como el cambio climático, el aumento del nivel del mar y la urbanización desmedida, los manglares son también símbolo de esperanza y resiliencia. Uno de los retos más serios que enfrentan actualmente en Puerto Rico es la construcción de muelles ilegales y estructuras costeras improvisadas, muchas de ellas en zonas previamente protegidas o abandonadas.

Sin embargo, las comunidades costeras, vecindarios y gobiernos han comenzado a reconocer el valor real de los manglares. Las marejadas ciclónicas y los eventos extremos causados por huracanes recientes han evidenciado la necesidad urgente de conservar y restaurar estos ecosistemas. A lo largo del archipiélago, han surgido múltiples iniciativas para desarrollar nuevas técnicas de reforestación, integrando la ciencia, la educación y la acción comunitaria.

En Surfrider Foundation Puerto Rico, participamos activamente en la restauración de manglares, habiendo plantado más de 30,000 manglares desde 2022, y nos guiamos por un modelo inclusivo y centrado en la comunidad. Niños, jóvenes y adultos participan directamente del proceso. Apostamos por una restauración comunitaria, no industrializada, donde el enfoque principal es la educación, el conocimiento y la comprensión profunda del rol que tienen los manglares en nuestra vida cotidiana. Nuestro compromiso es con la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. Reconocemos el papel fundamental de los manglares en el ciclo de vida marino, como barreras naturales que retienen sedimentos, mitigan inundaciones, y generan beneficios económicos a través de la pesca artesanal, el ecoturismo y la conservación de especies.

Con motivo del Día Internacional de los Manglares, anunciamos con entusiasmo el lanzamiento de un nuevo proyecto de restauración en colaboración con Hispanic Access Foundation. Este proyecto busca trabajar mano a mano con comunidades costeras vulnerables, promoviendo la educación, la acción participativa y la restauración ecológica integrada a las realidades locales.A través de este proyecto plantaremos más de 50,000 manglares e involucraremos a miles de miembros de la comunidad para aprender sobre acciones de resiliencia climática.

Los manglares no solo han resistido más de 500 años de transformación. Nos han enseñado que, cuando trabajamos con la naturaleza y no contra ella, también nosotros podemos echar raíces firmes, crecer y sanar.

Por Héctor Varela-Vélez 

Gerente de Programas de Surfrider Foundation Puerto Rico